ENTRE LAS DOCE Y LA UNA
CUANDO DESPIERTAN LOS DUENDES
COMO PUÑALES DE LUNA
ME HIRIERON TUS OJOS VERDES
Y YO ESCRIBÍ CON UN BESO
¡QUE SUERTE TUVE DIOS MÍO!
SOBRE TUS LABIOS UN TE QUIERO
A LA ORILLITA DEL RÍO.
ENTRE LAS DOCE Y LA UNA
COMO EN UN CUENTO DE HADAS
SOBRE TU PIEL DE ACEITUNA
LA NOCHE SE DESNUDABA
Y TE ARROPÉ DE CARICIAS
¡QUE SUERTE TUVE DIOS MÍO!
TAN SUAVES COMO LA BRISA
TAN TIERNAS COMO EL ROCÍO
ESTRIBILLO
A LAS DOCE PRESENTÍA
QUE ME ESTABA ENAMORANDO
Y A LA UNA YA SABÍA
AL VER TU CUERPO TEMBLANDO
QUE TÚ TAMBIÉN ME QUERÍAS.
ENTRE LAS DOCE Y LA UNA
PARA ENREDARSE EN TU PELO
BAJARON UNA POR UNA
LAS ESTRELLITAS DEL CIELO
Y ENTRE TU PIEL Y LA MÍA
¡QUE SUERTE TUVE DIOS MÍO!
SENTÍ QUE YA NO CABÍA
DE PRONTO NI EL VIENTO FRÍO.
ENTRE LAS DOCE Y LA UNA
LA HORA NO SE ME OLVIDA
TE QUISE COMO A NINGUNA
DEJÉ EN TUS BRAZOS MI VIDA
TU CUERPO FUE MI ALMOHADA
¡QUE SUERTE TUVE DIOS MÍO!
Y SE PERDIÓ EN TU MIRADA
MI CORAZÓN “MALHERÍO”
LETRA: HNOS. MARTÍNEZ BIZCOCHO
MÚSICA: JUAN DÍAZ