I
A tus treinta años largos
nadie te ha hablado de amor,
y sin guardarte rencor,
te refugias en el cargo
que tanto estudio te dio.
Pues con eso te aseguras
que nadie preguntará
nada de lo personal;
tú a lo tuyo: tus facturas
y nóminas por firmar.
ESTRIBILLO:
Pero te falta valor,
y aunque eres jefa no hay modo
de que me escondas tu amor,
porque tú mandas en todo
menos en tu corazón.
II
Mientras tú me contratabas
yo, pobre, me enamoré
y no leí aquel papel;
yo a los ojos te miraba
y de por vida firmé.
Pero a ti te basta verme
a cuatro metros de ti
para sentirte feliz,
ante el miedo de quererme
y lo que puedan decir.
III
Aunque mire la pantalla
sentado al ordenador,
yo veo que el corazón
vuelve a hacer que se te vaya
la vista a mí con traición.
Se te escapa una sonrisa
por algo que te conté,
pero al instante con fe
la sujetas, como en misa,
por quien te pudiera ver.
IV
Nos amarga la existencia
la dulce idea de amar,
tanto pensar y pensar
en absurdas diferencias
de jerarquías y edad.
Tú encerrada en tu despacho
como tu amor hacia mí,
y en mi respeto hacia ti
yo te escribo y luego tacho
cosas que no he de decir.
Enviada por: El Cartero