I
Y me enamoré de ti,
Sevilla.
Era una noche de abril
y bajo un cielo de estrellas
yo paseaba
por las callejas
de una Sevilla embrujada.
La brisa de los jardines
del Parque de “Marialuisa”
me despertaba
y me llamaba
para que fuera a sentirla.
ESTRIBILLO:
Y me he “mirao” en tu río
y en el azul de tu cielo,
y entre tanta maravilla
yo me enamoré de ti,
Sevilla.
II
Y me enamoré de ti,
Triana.
El aroma del incienso
del palio de la Esperanza
se respiraba
y su fragancia
el alma me cautivaba.
Vi pasar entre dos luces
su cara llena de llanto,
que en su mirada
era quebranto
de un pueblo que le rezaba.
III
Y me enamoré de ti,
gitana.
Era tan blanca la Luna
que había pintada en el cielo
que la Giralda
la contemplaba
y la cubría de besos.
En el río la del Oro
miraba al agua soñando
y en el reflejo
la misma Luna
también la estaba besando.
IV
Y me enamoré de ti,
Señora.
Se asomaba a Santa Cruz
en los jardines Murillo
la fantasía
de algún chiquillo
que la pintó de poesía.
Una vieja y linda voz
se me acercó a los recuerdos:
alguien cantaba
por sevillanas
“Sevilla cuánto te quiero”.
Es una aportación de EL POETA PATATERO.