I
Puso la mano en mi hombro
ardiente como candela,
me dijo déjame paso
que quiero saltar la reja,
que mi pueblo está intranquilo;
por favor, no me entretengas.
ESTRIBILLO:
Y después lo vi saltar
y meterse en el costero
y bajarla de su altar,
y lloré como un cobarde
porque no me fui detrás.
II
Temblaba como una rama
que la golpean los vientos,
sudaba y tenía frío
y hasta los labios resecos,
y acercándose a la Virgen
con un solo pensamiento.
III
Vi que tenía en los ojos
el brillo de las estrellas
y comprendí en su mirada
que fue muy larga la espera,
que la flor del sentimiento
anunció su primavera.
IV
Si quieres vente conmigo
que la Pastora me llama,
que está impaciente la luna,
que tiene prisas el alba;
pero me faltaron fuerzas
para seguir sus pisadas.
Enviada por: José Luis