I
Pajaritos mañaneros
que cantan en los trigales
en su cante van diciendo:
-el amor es lo que vale-.
Pero sólo tiene espinas
el rosal de mis amores,
que tu mano me asesina
en la cruz de mis dolores.
II
Con la llama de una vela
jugaba una mariposa
(y) al fin se quemó las alas
y murió por caprichosa.
Siempre fui bueno contigo,
dime por qué eres tan mala
si yo no quiero tocarte
por no quemarte las alas.
III
Como un cirio que se apaga
y que nadie le echa cuenta
apagaste este cariño
que en alma me atormenta.
Y te lloro como un niño,
¡qué vergüenza, madre mía!;
si me vieran mis amigos
en la cara te escupían.
IV
Dime por qué me abandonas
con lo bien que hubiera «estao»,
si en mis brazos no te daba
ni la sombra del «pecao».
Pero a ti te han «deslumbrao»
con el lujo y los brillantes
y por eso te «ha´entregao»
en los brazos de un amante.
Es una aportación de EL POETA PATATERO
(elpoetapatatero@hotmail.com)