Iba alegre cruzando la calle
– ¿qué mas da la ciudad o el país? –
quince años prendidos al talle
y una gran ilusión por vivir…
A su edad no entendía de ideas
que no fueran reir o soñar,
ni que hubiera persona que sea
– friamente – capaz de matar…
Y su cuerpo quedó destrozado
cuando estaba queriendo vivir,
aquel día, su simple pecado
fue tan solo pasar por allí…
¿Quién disfruta matando inocentes,
quién se cree con derecho a matar?…
Malas almas, que tiñen de muerte
el buen nombre de la libertad…
Estribillo:
Y una trampa mortal la esperaba
a la altura de un viejo portal,
un viejo portal…
¿Cómo pueden cortarle las alas
cuando estaba empezando a volar?.
Enviada por: J.S. Morales