I
Crujen las sirenas de las viejas barcas
al dejar la playa perezosamente
como temerosas de las negras aguas.
Ni el peligro importa ni el trabajo pesa,
pero en la alegría de los pescadores
ponen una sombra los que atrás se quedan.
Reverentes
al Señor suplican por los que rezando
su regreso aguardan.
En silencio
todos se descubren saludando al cielo
con una plegaria:
(Estribillo)
Las noches en calma se escucha el rumor
que forman las olas que vienen y van
hablando de amores, de luchas y afán.
Y son las plegarias del buen pescador
plegarias sencillas del hombre y el mar
que el eco y el viento le llevan a Dios.
II
Vuelven las barquillas cuando apunta el alba;
al tocar la playa rugen las sirenas
como pregonando su preciosa carga.
Corren los chiquillos de los pescadores
y con manos firmes tiran de las redes
porque ya comienzan a sentirse hombres.
En silencio
copian a sus padres y al Señor saludan
en acción de gracia.
Y con ellos miran a lo alto y calladamente
rezan su plegaria:
Las noches en calma se escucha el rumor…
Es una aportación de EL POETA PATATERO
(elpoetapatatero@hotmail.com)