Antiguamente, llamaban pirata
al que robaba en la mar…
Se apropiaban del oro y la plata
que otros barcos traían de ultramar,
hoy roban y venden en copias baratas
el pan de «to» los demás…
¡Qué trabajito – a diario- nos cuesta
seguir al pie del cañón!…
Los ensayos, las galas, la orquesta,
los vaivenes de la promoción,
mientras los piratas engordan sus cuentas
sin tanta complicación…
Año tras año, los mismos problemas
de cara a la grabación:
la maqueta, las bases, los temas,
los arreglos o la producción
para que el pirata nos rompa el esquema
mediante un duplicador…
Diariamente naufraga en las mantas
el porvenir del autor,
que compone, que escribe o que canta,
del que apuesta por la creación,
¿dónde estan las leyes contra ese pirata
que explota a la inmigración?…
Estribillo I,III:
Pirata,
que a tu antojo me arrebatas
el trabajo y la ilusión,
¡pirata, te llamo pirata
por no llamarte ladrón!.
Estribillo II, IV:
Pirata,
que a tu antojo le arrebatas
sus derechos al autor,
¡pirata, te llamo pirata
por no llamarte ladrón!.
Enviada por: J. Sánchez Morales