I
Sentirse almonteño
es sentirse cerca de Tí
y saber decir que sí
cuando el mundo vestá al revés,
y ponerlo del derecho
y dar ese paso al frente
y sentir aquí en el pecho
un latido diferente.
II
Sentirse almonteño
es verte con ojos distintos
y apretarse bien los cintos
para llevarte después
y tener a flor de orgullo
la condición rociera:
«Hijo que se siente tuyo
y Tú su Madre primera».
III
Sentire almonteño
es tenerte por Capitana
y ser la espiga que grana
en la más bendita miel.
Y en la espalda una muralla
para poder defenderte
y el corazón de la talla
que mejor pueda quererte.
IV
Sentirse almonteño
es ser fiel a este compromiso,
si acaso fuera preciso
poner la vida a tus pies.
Y detrás de la medalla
beberse por Tí los vientos
y ser la voz aque se calla
ahogada en sentimiento.
Est:
Sentirse almonteño
es pasar la vida entera
sabiendo que tu me esperas
allí donde acaba el sueño.