I
Siempre tienen consuelo mis penas
cuando en ti pienso
y siempre son alegres los días
cuando te sueño.
Y tristes son
cuando pienso que nunca quisiste
darme tu amor.
II
Nunca quisiera yo verte sola
sin ese amor
que soñaba cuando me dejaste
con mi dolor.
Aquello fue
la señal de que siempre jugaste
con mi querer.
III
Como un niño en los brazos de nadie
me encuentro yo
esperando que quieras un día
darme tu amor.
Solo me queda
la esperanza de que con el tiempo
mueran mis penas.
IV
El recuerdo de aquel amor nuestro
es un puñal
que se clava en mis cinco «sentíos»;
me va a matar.
Vendrá ese día
que te vuelva a querer como entonces
yo te quería.
Es una aportación de EL POETA PATATERO.
(dedicada a Lidia Herrera, que la canta de lujo)