Después de tantos octubres
y de tantas romerías,
yo sigo siendo aquel niño
que soñaba con el día,
en que la primera flor
a la carreta se ponía.
Todavía.
Me paso el año soñando
aunque dura sea la vida;
¡qué más me da si mi Valme,
puntual llega a la cita!,
y te regala entre nardos
y tuyas,¡mil alegrías!
Todavía.
Entre sueños de verano
hablo de mi romería;
de los Valme ya pasados
de ratos en bellavista;
de mañanas de Barranco,
vísperas de Ave María.
Todavía.
Me emocionan los cohetes
del ángelus a mediodía;
veo desembarcar los bueyes
igual que de niño hacía;
por mucho que pase el tiempo
¡yo me moriré valmista!
Y voy con Valme hasta Cuarto
porque así me lo enseñaron
y es mi mayor alegría,
acompañarla a caballo,
¡todavía!,
¡todavía!
No preocuparse en el cielo.
Que sigue habiendo romeros
pa’ los que Valme es su vida;
como ustedes la queremos…
¡todavía!,
¡todavía!…