I
Por el encinar de Gato
corre un viento de esperanza
que cortando el medio día
ve enredándose en las ramas.
-ay Triana-
Y componiendo una copla
que a la marisma se escapa
-ay Triana-.
Pasaron lentos los bueyes
y lenta la caravana;
el carretero pendiente
que la encina no rozara
-ay Triana-.
II
El alcalde de carretas
en lo alto de su jaca
viene despacio, a la vera
de los varales de plata.
-ay Triana-
Y detrás del «Simpecao»
siete mujeres descalzas
-ay Triana-.
¿Adónde va el peregrino?,
¿adónde van las pisadas?;
vienen buscando su fe
por las veredas del alma
-ay Triana-.
III
La rueda de la carreta
crujiente, ronca y cansada
va dejando con su huella
a la marisma marcada
-ay Triana-.
Campos de Villamanrique
que respiraron la gracia
-ay Triana-.
Que los rocieros dejan
por donde quiera que pasan
un verso escrito en el aire
y una copla de esperanza
-ay Triana-.
IV
Adiós, encinar de Gato,
me voy a la ermita blanca
a bañarme en resplandores
con el sol de una mirada
-ay Triana-.
Que se engalanen los campos
y que las flores se abran
-ay Triana-.
Que se alegren los pinares,
que se ilumine la Raya
que nos vamos al Rocío
cantando por sevillanas
-ay Triana-.
Es una aportación de EL POETA PATATERO.