I
Los almonteños la traen
y enfrente nuestra la paran
«pa» que nuestros corazones
por plegarias le rezaran.
Que tenemos la ilusión
en esta mañana clara
y de cantarle a la Virgen
mirándola cara a cara.
ESTRIBILLO:
Viva la Virgen del Rocío,
que es la Divina Pastora
y Reina de las Marismas;
que viva esa Blanca Paloma.
II
Aquí en la calle Moguer
ya no se escuchan campanas,
que repican corazones
con devoción mariana.
Y entre el gentío silencio
el lunes por la mañana,
que a la Virgen almonteña
le cantan voces huelvanas.
III
Nuestro canto es un piropo
de amores que no la engañan
y nuestro querer más grande
que las más altas montañas.
Los almonteños la mecen
y nuestra copla acompañan;
la Virgen está escuchando
y los ojos se le empañan.
IV
Las ansias de un año entero
ahora se ven calmadas,
un nudo en nuestras gargantas
y las pupila abrasadas.
El almonteño nos llama
para que en nuestras espaldas
el peso de su costero
deje su huella marcada.
Es una aportación de EL POETA PATATERO
(elpoetapatatero@hotmail.com)