I
Yo no te llamo Ajolí
yo te llamo río de lágrimas,
lágrimas que yo sentí
entre las tablas y el agua.
Lágrimas que se vertieron
y ayudan a redimir
hasta el malo se hace bueno
cuando pasa por allí.
Sevilla ya va pasando,
la Virgen ya está feliz,
y sus hermanos llorando,
perdón al cielo clamando
al pasar el Ajolí.
II
Con Sevilla te cantamos
a ti «Simpecao» del alma,
y en estas tablas lloramos
lágrimas sobre tus aguas.
Aquí se convierte en llanto
mis cantes por sevillanas,
lloran los juncos y adelfas,
las amapolas y las cañas.
Las amapolas y las cañas,
aquí suenan las campanas,
y nos da la bienvenida
nuestra Virgen del Rocío
que llora junto a Sevilla.
III
Aunque te falten barandas,
puente de tablas «podrias»,
aunque te gasten los años,
tú siempre serás mi guía.
Cada crujir de tus tablas
son lamentos de agonía
que se me clava en el alma
cuando voy de romería.
Cuando voy de romería,
puentecito de emociones,
sendero de la Marisma
donde aquel que es rociero
siente a su Madre Bendita.
IV
Al amanecer, mi jaca
se despierta con la aurora
y relinchándome cerca
me va anunciando la hora.
Ya oigo al tamborilero,
me estoy lavando la cara,
a pinares y a romero
huele la clara mañana.
Paraiso marismeño,
tienes encanto hechicero,
yo creo soñar despierto,
cuando al pasar las carretas
te haces aún más bello.
Enviada por: amanuense
Juan
La última sevillana es prácticamente copiada de “mi orgullo ser marismeño” una vergüenza