Mare, … todo un año de eterna paciencia, … todo un año aguardando en silencio tu llamada, … los meses llenos de lenta espera se han ido alejando por el horizonte, y han ido sembrando en esta tierra de María semanas de impaciencia, una impaciencia llena de paz y de esperanza, de fe y de devoción, de cantes por sevillanas y salves a media noche, en el ambiente revolotean los sones de los tamboriles y miles de cohetes inundan nuestros corazones con ilusiones renovadas,… algo dentro de mi me dice que llegó la hora, el calendario agota los días y Pentecostés se acerca con una luz especial hasta nosotros, mi corazón se acelera y le pide a mi alma que comiencen los preparativos.
Ya es la hora Mare y una sonrisa se dibuja en mis labios al ver como mis hermanos junto a mi, hombro con hombro construyen este precioso sueño, un nudo aprieta mi garganta al sentir que en unos días tanto esfuerzo y tanto trabajo será recompensado al postrarme ante Ti, me agarraré con fuerza a tu reja y entonces mi sueño, ese bendito sueño de amores y encuentros, se hará de nuevo realidad,… hasta entonces me conformaré con aferrarme con dulzura a mi medalla y fijar la mirada en el horizonte, allí en la lejanía, en esa maravillosa Ermita rebosante de blancura sé que Tú también esperas impacientemente la llegada de todos y cada uno de tus hijos,… en estos momentos previos y en este pequeño cercado donde yace mi carreta se puede sentir como estás entre nosotros, a cada instante mi gente al igual que yo sentimos tu mirada, tu sonrisa y nos sentimos honrados por acercarte hasta nosotros, tu nombre suena en cada rincón y a cada momento, ya sea al grito de un Viva, al compás de una seguidilla o al mecerse en una plegaria,…
Mi carreta, esa fiel compañera que durante tantos días ha dormido callada, comienza a engalanarse para surcar los cielos y posarse ante su Reina, el aire huele a Mayo, ese mes bendito que pronuncia una y mil veces a los cuatro vientos las cinco letras de tu inmaculado nombre, mi gente se acerca hasta ella y la adorna con sentimientos y amores, sus flores están llenas de lágrimas que rebosan alegría, las cortinillas con cientos de volantes adornan sus laterales como si de olas se tratase, y un mar de colores limpian el polvo que el tiempo fue dejando sobre ella.
Presidiendo la entrada hay colgado un cuadro con tu imagen, y al entrar en ella no puedo dejar de mirarte, al hacerlo se me encoge el corazón y los ojos se empapan de ternura al ver a tu Hijo, en cada rincón de esta humilde carreta van prendidas nuestras ilusiones y nuestros sueños, una parte de nuestros corazones viaja en ella hasta tu aldea, derramando al paso que marcan los bueyes sentimientos de hermandad,… los nervios se apoderan, la tranquilidad se ha consumido y los nervios se sienten a flor de piel, todos miramos al cielo buscando el sol, la luna y las estrellas.
Te pedimos, oramos, reímos y soñamos con un camino lleno de bendiciones, donde el buen tiempo nos acompañe y la salud no nos abandone para poder caminar por las arenas,… la carreta ya está preparada, los bueyes pacen libremente, el boyero siempre a la vera de ellos cuida de que nada les falte, con la experiencia y el conocimiento de tantos caminos a sus espaldas nos comenta y relata vivencias de otros años, y el tiempo continua caminando, el costo ya está comprado, las mujeres se afanan en preparar los avíos, el nerviosismo se respira en el ambiente, y las noches se viven como si de una “pará” en el camino se tratase, una hoguera frente a la carreta, la salve a las doce, unos cantes, una conversación con los amigos, se intenta recordar aquello que la memoria dejó en el olvido y entre cante y cante llega esa noche tan ansiada, esa última noche previa al camino en donde los bueyes presiente que se acerca la hora, esa misma noche no logran conciliar el sueño, y todos nosotros prendidos de tu imagen soñamos y soñamos, para despertar al alba y vivir y vivir tu sueño,…
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO!!!
Bajo Guía (Miembro del Foro)