Un documento de 1724 revela que Sanlúcar de Barrameda era la “Primera y Más antigua Hermandad Filial del Rocío

Aparecía en la prensa el pasado viernes día 2 del presente mes, concretamente en el AbC, un artículo firmado por el historiador Julio Mayo, en el que quizás a partir de ahora se mirará y se contará la historia de las Hermandades del Rocío desde otro punto de vista.

Este interesantísimo artículo, el cual vamos a analizar, nos habla de un litigio mantenido por dos hermandades, las de Pilas y Villamanrique. Todo ocurre en 1766, cuando la Hermandad del Rocío de Pilas en representación del pileño Juan Muñoz de Suarte, tramita en el Arzobispado de Sevilla la aprobación de sus Reglas. Pilas solicita ocupar el primer puesto de las filiales ya que Villamanrique carece de Reglas y documentación aprobadas por el Arzobispado sevillano, porque la villa de Villamanrique no pertenecía al Arzobispado de Sevilla, sino al de León. El priorato de León fue fundado en 1185, constituida por la Orden de Santiago. Desde que se fundara la población de Villamanrique en el siglo XVI por la casa de Zuñiga, pasó a depender eclesiásticamente del Priorato de León, hasta 1873.

Al constituirse las referidas Reglas de Pilas, y de la que Villamanrique carecía, se solicita que la Hermandad pileña pase al primer lugar referente a portar las andas de la Virgen. Refiere las Reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1758, en el capitulo sexto, sobre las Hermandades de otros pueblos; …cuyas sietes hermandades concurren anualmente con la de Almonte en el día de la Fiesta de la Virgen del Rocío, disparen sus fuegos artificiales por su antigüedad, diga la misa cantada, y asistan a llevar en la procesión a Ntra. Sra. en la misma forma y orden… Desde que se establecieron las filiales de los pueblos comarcanos a principios del siglo XVIII (ECEPTUANDO Sanlúcar de Barrameda), Almonte les concedió privilegios para poder portar las andas de la Virgen en su recorrido procesional. Recordemos desde que se instaurara la Romería en 1653, era los Frailes Mínimos de Almonte y el propio Concejo de Almonte junto a su Cofradía quienes llevaban a la Virgen entorno al Santuario en el día de su fiesta anual.

Desconocemos cuando las Hermandades dejan de procesionar a la Virgen con Almonte, pudiese ser en la época de la invasión francesa (1808), ya que en el siglo XIX, en la procesión, las Hermandades solo asisten delante del paso de la Virgen, representadas con sus estandartes e insignias; la primera la más nueva, y la última, la de Almonte, pegada a las andas.

El litigio no solo nos desvela la disputas tan frecuentes en estas manifestaciones religiosas, Pilas aclara al gobernador eclesiástico de que la Hermandad almonteña favorece a la de Villamanrique. Dice el expediente que Villamanrique está unida a la de Almonte por amistades entre particulares. Almonte conocedor de que Villamanrique no poseía Reglas ni que dependía de este arzobispado, la prevalece en la iglesia y en la procesión de la Virgen. Villamanrique puntualiza que es la primera en recibir las andas por la de Almonte, y la última en devolvérsela a los almonteños antes de entrar en la ermita.

Quizás podamos a partir de ahora entender ciertos aspectos de la Hermandad manriqueña en relación al Rocío. En aquella época, en 1765, un año antes del litigio, el Concejo de Almonte concede a Villamanrique un solar justo en el costado derecho de la ermita, entre las chozas de la Hermandad de Rota (Rota es la primera en tener casa-choza hermandad), y en la del Santero o Higuerilla. Se dice que corten la madera suficiente en el pinar del camino de Cabezo Gordo (actual Camino de los Tarajales) y en el pinar de la Vereda y pasada de Santa María (actual Camino de Los Llanos). Parece ser que en 1770, aun no la habían construidos como se desprende en la documentación. Si ya estaba fabricada a mediados del siglo XIX. Esta solicitud corría a cargo del alcalde de la Hermandad de Villamanrique don Bernardo María Lasso de la Vega de la Santa Inquisición, quien debía de tener una estrecha relación con la curia almonteña. Bernardo María Lasso de la Vega donó a la Hermandad manriqueña un Simpecado y unas varas de plata en 1766.
La pintura ovalada del dicho Simpecado es una copia del grabado de 1754 de Alonso Tello de Eslava, padre del canónigo almonteño José Carlos Tello de Eslava. En 1768 realizó un grabado similiar que se conserva en la parroquia de Umbrete. También de misma similitud, son las dos varas de plata en el que aparece la Virgen ataviada con el atuendo del siglo XVIII, copia de la demanda petitoria de la Hermandad Matriz de Almonte de principios de dicho siglo, y restaurada en 1813.

Este expediente sobre el pleito que mantiene Pilas con Villamanrique, en la disputa de quien debía de portar primero la imagen después de la de Almonte, no solo nos desvela los antecedentes de la procesión, sino que aporta un dato trascendental sobre el orden de antigüedad de las Hermandades Filiales.

Este contencioso revela que en 1724, alguna de esas hermandades, debió faltar más de un año, y que para que se establezca un acuerdo de quien faltase más de dos años sin justificación, perdería su puesto pasando al último lugar. A continuación se firma en la ermita de Nuestra Señora de las Rocinas el 4 de junio de 1724, procediendo a firmas todas las Hermandades por orden de antigüedad establecidas; la primera, Sanlúcar de Barrameda, la segunda, Villamanrique, continuando la de Pilas, La Palma y Moguer.

En efecto, las hipótesis que se venían barajando que Sanlúcar de Barrameda fue la más antigua y primera de las filiales era todo un hecho. Su vinculación con Almonte y las tierras de Doñana provenían del mismo señorío, la casa ducal de Medina Sidonia. La primera referencia de esta Hermandad es de un documento de 1677. En 1680, posee varios báculos de plata donados por su mayordomo, Juan Lozano. Las dificultades por la que esta Hermandad debía de pasar para llegar al Santuario en su largo recorrido, era de un autentico calvario. Por eso en el siglo XIX, se le solicita a Almonte no perder nunca su puesto quinto dada las circustancias que atraviesan en el camino. La pérdida del primer puesto debió efectuarse entre 1725-1757, pasando Villamanrique a la primera.

Si nos fijamos en este auto de 1724, aun no existían las Hermandades de Rota y el Puerto de Santa María.

Es en el primer cuarto del siglo XVIII, cuando la Hermandad de Almonte promueve que los pueblos comarcanos instituyesen sus propias Hermandades, tal como se desvela en 1757. Caso similar fue la de Triana, promovida por la de Almonte en 1813. La Reglas gubernativas de Villamanrique y Pilas de la década de 1920 avalan este hecho de la época en la que se instituyeron, ambas Hermandades se fundaron en torno a 1722. Desde hace años, ambos pueblos mantiene un pique de quien ocupó el primer lugar en el orden de antigüedad, el documento de 1724 acaba con esta incertidumbre, aunque Villamanrique aparece antes que la de Pilas, en el segundo y tercer lugar respectivamente.

Sin más, damos la enhorabuena al palaciego y Rociólogo Julio Mayo por tan gratificante descubrimiento del cual debemos de tener en cuenta. Sirva para suavizar los malos piques y la opacidad de la historia, esto no es una liga de futbol en que los equipos luchan por el primer puesto, aquí estamos por otra cosa, rendir devoción a la Madre de Diós y a su Divino hijo y dar testimonio de nuestra Fe.

En la portada aparece en el centro una pintura de la Virgen del Rocío del la segunda mitad del siglo XVIII perteneciente a la Hermandad sanluqueña. A ambos lados del ovalo los referidos báculos de la Hermandad de Sanlúcar de 1680.

Javier Coronel